Filosofía
Construyamos tecnología que sea digna de confianza — no solo diseñada para hacer los ataques más difíciles.
Escribamos código hecho para ser compartido, no ocultado.
Cada línea de código es un eslabón en una cadena global con el potencial de mejorar la vida de las personas.
Mantengámonos unidos contra el ego en la ciberseguridad que nos ha afectado a todos, a menudo llevando a la creación de marcos, estándares, referencias y directrices redundantes — cada uno centrado en su propia visión, sin realmente apuntar a unificar o aportar mayor valor a un mundo más seguro.
Esta fragmentación ha resultado en décadas de mejores prácticas que, aunque válidas, permanecen desconectadas de la aplicabilidad real y generalizada.
El verdadero progreso solo vendrá cuando dejemos de competir y comencemos a colaborar por una ciberseguridad que sea más accesible y efectiva para todos.
Finalmente, recordemos siempre que la tecnología existe para servir a las personas.
No debemos permitir que el avance tecnológico nos deshumanice o nos aleje de nuestro propósito esencial: crear herramientas que empoderen, protejan y eleven a las personas en su vida cotidiana.
La ciberseguridad es, sobre todo, una responsabilidad ética hacia aquellos que confían en nosotros para salvaguardar su privacidad, sus derechos y su libertad en el ciberespacio.